MI ENCUENTRO - Rolando José Di Lorenzo

—Solo te pido la verdad, no trates de engañarme! creeme que soy vos, después de muchos años. Te parecerá mentira, que la vida me haya dado la oportunidad de volver, para poder hablarte, o mejor dicho hablarme— Por más que se lo aclaraba, el joven que estaba absorto, mirándome, incrédulo y asombrado, solo atinaba a abrir la boca sin emitir sonido alguno. Insistí entonces:
— ¿Por qué no me decís que pensás de mí y de lo que hice? Yo me acuerdo que eras muy crítico. Seguramente tendrás algo para decirme o recriminarme.
En ese momento el joven, cambió su expresión y hasta con un poco de bronca, me contestó con otra pregunta:
— ¿Por qué no lo hiciste…que te lo impidió?-  y me miró insistentemente, para que no minimizara su pregunta, para que no lo evadiera, ¿Por qué dejaste de lado todos mis sueños?
—No lo sé ciertamente, fueron muchas cosas. El camino dobló para otro lado sorpresivamente y no supe cómo salir de él.
— ¿No supiste o no tuviste  coraje?— Sus preguntas eran más duras por el tono de la voz y su forma de mirarme, que por el contenido de las mismas. Me di cuenta de que no me quería. Me hacía responsable por no haber realizado sus sueños y yo no sabía que contestarle. Aunque nada de eso era una novedad para mí. Yo era consiente de todo lo que no había hecho, que había dejado de lado sus aspiraciones y deseos, no todos, pero si muchos. Pero seguí hablando:
—De repente todo cambio en mi vida, como te dije, tomé otros rumbos, que me dieron momentos de felicidad y seguí andando ese nuevo camino y no me fue mal, o mejor dicho, no nos fue tan mal — Trataba de disculparme y al mismo tiempo, me molestaba sentirme acosado y acusado por ese pibe agresivo.
— ¡Podes aceptar que tus sueños no eran perfectos!— Le dije casi gritándoselo —La vida no fue tan fácil como vos creías- insistí en mi defensa.
— ¡Me traicionaste viejo…me jodiste la vida! Y tuve tantos proyectos— Esto ya lo dijo con una profunda tristeza, se le pasó la bronca y eso fue peor para mí, me sentí desarmado. ¿Entendería mis explicaciones? ¿Me creería que no pude hacer otra cosa? Y me salió casi un tembloroso:
—Perdoname…no fue intencional, quizá fue incapacidad.
—No, capacidad tenías y vos lo sabés. No eran sueños imposibles, no soñé con ser Superman…pero claro, ahora veo que para vos, aquellos proyectos fueron demasiado. Eran volar muy alto ¿Cómo las águilas…te acordás?:
“¿Cómo vuelas las águilas:  Alto y rápido, dando giros y giros,  porque saben del aire, saben de los vientos y las distancias, porque lo ven todo y todo es de ellas, vuelan con ferocidad y elegancia y sus vuelos son drama y tragedia, belleza y distancia”. Siempre lo decías y así como lo decías, te lo olvidaste—Me hablaba con angustia y eso me dolía y mucho. Pero retomé la defensa:
— ¡Yo creo que lo hice bien, después de todo! Trabajé muy bien toda mi vida, formé y mantuve una familia, tengo amigos muy queridos…Hice lo que pude y ¡no creo que haya fracasado y no te jodí la vida!—  A medida que fui diciendo lo mío, me fui enojando y le levanté la voz al decirlo. Él también siguió con lo suyo:
—Sin embargo, yo, me tuve que tragar los años de estudio de piano, para que luego lo abandonaras, junto con los poemas y las pinturas. Mis secretas ansias de ser médico. Todo lo fuiste dejando tirado por cualquier lado. No me hiciste justicia, no te importaron  mis sacrificios ni mis ilusiones—  Me hablaba con la cabeza gacha y eso me hiso mal. Porque yo no me olvidaba con quien estaba hablando. Él sí, yo había pasado a ser un extraño. Era solamente el tipo que lo había traicionado. Nunca lo hubiera creído, no sabía ya que decirle y él tampoco, quizá porque ya me lo había dicho todo. Había descargado su bronca acumulada por años, pero igual no lo veía feliz. Se fue hundiendo en su silencio. Se cruzó de brazos y se quedó allí, donde lo encontré, quieto, distante. Y así, sin más, delante de mis ojos, desapareció.
Me di vuelta entristecido, caminé lentamente hacia ningún lado, al tiempo que me decía con furia: “¿Para qué me habrá dado la vida, la oportunidad de hablar conmigo? ¿Porque lo hice? ¡Si yo lo sabía…yo lo sabía!


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