ESCENAS DE NAVIDAD
LA LISTA DE
CHOLA
En la mesa de la
cocina, Chola sentada en el borde de la silla, lápiz en mano, escribiendo en
una hoja de papel. En el comedor Beto, en su sillón favorito, mirando
televisión, con una lata de cerveza a mano y el perro acostado a su lado
—Luisito, por
favor dejá de gritar—cansada de los gritos y saltos de su hijo menor—tengo que
terminar la lista de comidas para Navidad.
“La tía Pichu, los tomates
rellenos. Clarita: el pollo al horno
Los matambres del Tito. El
Viteltoné de la Tía Chachi
Y las ensaladas mías, papa y
huevo, tomate, lechuga y zanahoria rallada”
—Pocho, ¿te
parece que estará bien con eso?—gritó sin darse vuelta— ¡Pocho!
— ¿Qué?…he, si,
si está bien, además está del lechón de Beto—Pocho sorprendido, saliendo de la
somnolencia.
— ¿El lechón del
Beto? Ja, hace 3 navidades que lo promete—sonó sobradora—Espero que alcance,
porque estoy cansada de hacer más que las demás y siempre parece poco.
—Pará Chola,
para, que después estamos tres semanas comiendo papas con huevo duro—Pocho
seguía molesto y amodorrado; el sillón, el calor y la cerveza…
—Para vos es
fácil… yo pongo la cara. Para que te habré escuchado cuando propusiste hacer el
quincho, ahora todo se festeja en casa. Pero acá falta más comida… ¡Titina, es
la que falta! y no dijo nada cuando hablo ayer—Ofendida Chola la anotó para
llamarla de nuevo— que no se haga la viva.
—Chola, dejala
tranquila, acordate que no están bien…con lo del chico
— ¿Lo del chico?
Hace años que todos sabemos que Gustavito es gay
—Igual, acordate
que Beto esta navidad trae el lechón
— ¡Mirá! no
digas nada más, Beto será tu hermano, pero ella me pone loca, acordate el año
pasado, cuando me dijo: “No importa querida si haces menos cosas, vos pones la
casa…”
Beto, se levantó
y caminó hacia ella, se paró y mientras miraba la lista le clavó profundo el
cuchillo, pero sin revolver:
— ¿No te falta
anotar en la lista a Juanita?—Y siguió caminando hacia el patio, sin darse
vuelta, porque conocía la mirada de su mujer, más dura que el granito y más
punzante que la espada de D’Artagnan, cuando le hablaba de su hermana menor.
Salió y cerró la puerta, quizá porque no quería escuchar lo que le estaba
gritando Chola.
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