EL ILUSIONISTA - Cuento corto
EL ILUSIONISTA . Rolando José Di Lorenzo
El mago Xantón agitó el
pañuelo rojo, sacudió la pequeña mesa gritando palabras extrañas y cuando
descorrió el velo, vio con ojos desorbitados que nada había sucedido, pero la
gente aplaudió igual, habían ido para ser engañados. El público pedía a gritos la repetición y
pedían más y más, el los miró incrédulo, sacó de nuevo su pañuelo rojo, lo
volvió a sacudir repetidas veces, lo dejó caer y tampoco el pajarito apareció
en su mano. Entonces la gente se rompió
las manos aplaudiendo. Seguían viendo lo
que querían ver. Pensó entonces en hacer
su último intento, tomó una tela mucho más grande; también roja, dijo cosas,
hizo ademanes y se cubrió con ella por completo y cuando se descubrió, ya no
estaba, aunque igual podía escuchar a su público que gritaba y aplaudía a
rabiar. Había realizado un acto por fin, quizá su único y último acto.
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