La vida de un ávalo — Ada Inés Lerner, Rolando J.Di Lorenzo, Luciano Doti

 

La vida de un ávalo — Ada Inés Lerner, Rolando J.Di Lorenzo, Luciano Doti  

La cueva está cerca y los enemigos hocican el aire, trasponen en declive. Todo lo que queda de la covacha es una entrada. Cuantas veces escapó a las redes tendidas por múltiples enemigos, también hubo quienes se sumergieron en su habitáculo por zócalos y ventanas. Por momentos cree que está loca, pero es su destino de mísero insecto, ser perseguido por dementes lepidópteros, himenópteros y dípteros. Juegan con ella a las escondidas mientras la rozan agresivas con la intención de aterrarla. La parición de cada ávalo engendrado por ella y sus pequeños cosquillean entre las reválidas de las cosas. Por el piso cruza un rehilete. Su cuerpo disyuntivo es alcanzado y muere. Ella logró fugarse. Desencantado, dobló el envite y tupió el retozo. La luz se apaga y los ávalos huyen hasta ser menos que enervados insectos en vuelo. El resto es solo pedruzcos. A veces soy hombre, otras antrópodo. Las redes de los arácnidos son el peor escollo para tener una vida tranquila. Esos malditos de ocho patas, se encargan de llenar todo con sus tejidos pegajosos. Lo hacen para proteger a sus crías, pero ¿qué hay de los demás? Acaso nosotros no tenemos los mismos derechos que ellos. Tienen razón quienes dicen que la creación no es más que una cadena alimenticia, donde los más aptos se comen a los menos.

 Por alguna razón voy mutando entre ser un insecto y ser hombre; de este último estado proviene mi entendimiento. Y quizá solo sea para que no me coman, una manera de subsistir diferente, oscilando entre especies. Como hombre escapo a la muerte de la guerra y como insecto a los asquerosos arácnidos. Pero ya siento cansancio de esta maravilla de la naturaleza, no lo soporto más, necesito otra cosa de la vida, sueño con ser uno, solo uno, solo yo y que me coman las arañas o me maten en la guerra, pero ser por un día solo yo y poder conocer el amor, de ese horrible bicho que vive aquí cerca, en el basural, o de la bella rubia que alcancé a ver ayer, o antes de ayer o nunca, o que se yo…

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