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Mostrando las entradas de junio, 2015

UN TAXI DE IDA Y VUELTA -Rolando José Di Lorenzo- Relato que integra la Antología:EL ABRAZO DEL AMOR

  Todo comenzó aquel día, en que ella bajó de un taxi, quizá el mismo que ahora se la llevaría de allí  y se dirigió al pequeño bar, por casualidad.    El mismo bar, que se convertiría más tarde, en el lugar de ellos, el lugar de la reunión amable, de las charlas sobre cine, de las discusiones sobre historias y cuentos.   Un lugar donde lo menos importante era lo que iban a tomar o a comer, donde lo importante eran ellos, Marina y Franco, ellos, que habían descubierto el amor y que lo llevarían adelante, contra viento y marea, según se habían prometido.    Marina, no era una heroína típica de las novelas de amor, era bajita y delgada, quizá demasiado pequeña, una carita similar a otras tantas, de las que se ven en cualquier vereda, de cualquier lugar.     Pero su voz llamaba la atención, melodiosa, baja y suave, como el fondo de sus ojos, como su mirada, que dejaba a su alma desnuda y vulnerable.   ...

OCASOS NECOCHENSES

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48 HORAS - DE ROLANDO JOSÉ DI LORENZO

   Guillermo, caminaba con paso firme, como marchando. Había sido un soldado y eso no se olvida (siempre lo decía) aunque no iba tan firme por la vida. Siempre lleno de dudas y disconforme con todo lo que lo rodeaba. “Hubo una época en que todo era mejor, más limpio, más ordenado, más puro” decía a sus pocos amigos; sobre todo cuando escuchaba música, o veía imágenes de otra época. Era indudablemente, un tipo fuera de época, decía haber nacido  en el tiempo equivocado, seguramente una broma de la vida, o quizá una prueba.  Tenía una estampa marcial, aunque nunca había estado en ninguna guerra, hablaba sobre los actos bélicos del pasado como si hubiese estado allí.  Atrapaba a todos con los relatos de las dos grandes guerras y muchas veces pronosticaba que se acercaba una tercera. Sus argumentos se  basaban en que cada día estábamos más permisivos y los corruptos iban tomando todos los poderes de este desgraciado mundo, en el que les tocaba vivir. Daba esca...

BELLEZAS EN BLANCO Y NEGRO

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RELATOS QUE INTEGRAN EL LIBRO: CIEN PAGINAS DE AMOR

EL FUEGO DEL ODIO — Rolando José Di Lorenzo Cuando se encontraron, se miraron fijo. Ninguno de los dos quería bajar la vista. Ninguno iba a perder la partida. Muchos recuerdos oscuros, habían matado los buenos momentos. Estaban engañados, dolidos, rencorosos. Se seguían mirando, penetrando sus pupilas, traspasando los colores. Tantas cosas para reclamar, tantas otras para vengar. Solo eso quedaba entre ellos. No bajaron la vista y a cada instante, las miradas eran más duras. Afiladas y resplandecientes dagas salían y penetraban sus ojos. Y así siguieron  y con  el fuego del odio, se fueron fundiendo. Y la materia derretida, se iba amontonando en el piso, como una mermelada. No supieron hacer otra cosa, más que una mermelada roja de corazones muertos. MIGUEL Y ELENA  —Rolando José Di Lorenzo    Miguel era un soñador empedernido que vivía  al margen de la realidad y Elena lo tomó por sorpresa esa mañana. La conocía, era inteligente y fría, de un...

ANTOLOGÍAS EN LAS QUE INTERVENGO CON DIFERENTES RELATOS

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PESCANDO CON NICO -De: Rolando José Di Lorenzo Publicado en la antología de Creadores Argentinos: TIEMPO Y CAMINO

Llegamos temprano al muelle, había poca gente. Un viejo solitario en la punta y una pareja joven, a la que no le interesaba la pesca, sentados sobre el lado derecho.  Sacamos las cosas de la bolsa, acomodamos todo a nuestro alrededor y nos sentamos, para preparar las líneas. Miraba de reojo a Nico, se lo veía muy interesado y concentrado en la preparación, pero seguía con su rostro triste. Era un chico muy callado y algo introvertido, pero de a poco había logrado llegar a él, teníamos una buena relación.   Nos pusimos de pie, para lanzar las líneas, lo hicimos con buen resultado y nos sentamos a esperar. Eso es lo que hace un pescador, hacer las cosas bien, esperar y tener fe. -Si querés, mientras esperamos el pique, te puedo contar un extraño cuento, que me contó mi abuelo, hace más de sesenta años- Luego de decir esto lo miré rápidamente y vi que antes de decirme que sí, hacia un movimiento afirmativo con la cabeza y me miraba con interés. -Mi abuelo, cuando comenz...

OBRAS DE: GRACIELA CHICO

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TIEMPO TORMENTOSO— Rolando José Di Lorenzo

Era una noche de perros, llovía y con viento del sur. No andaban ni los gatos por la calle. “Para que habré salido—me dije—Siempre igual”. De pronto vi el cartel luminoso del bar: “Salvado—me dije—ahora a tomar un buen trago”.  El bar no estaba muy concurrido, apenas una mesa en el fondo con dos tipos, empeñados en ganar una vieja discusión, frente a dos vasos casi vacíos.  Me acomodé en la barra, sentarme en una mesa me pareció hacer gala de mi soledad y no pretendo demostrarle nada a nadie.  El barman, sin hablar y casi sin mirar,  se paró frente a mí y esperó que le pidiera algo, automáticamente dije:  —Un Johnny doble con hielo. Al cabo de unos minutos, no tuve más remedio de repetir el pedido. Un rato después creo haberle pedido otro.     La música que sonaba era de primera, Jazz. Sinatra y Basie, un viejo disco que me sabia de memoria.  Mejoraba la noche.  De repente, como salido de la nada, un tipo estaba sentado a mi lado. L...

EL ACTOR——Rolando José Di Lorenzo

La noche comenzó a abrirse ante sus ojos, como un fantástico escenario. Avanzó con paso firme hacia ella, decidido a tomar lo que pudiera de aquella nueva aventura nocturna.  No tardó ni diez minutos en verla, Lucia estaba sentada en un viejo banco a orillas del río. No parecía estar gozando del paisaje, es más daba la impresión de que ni lo miraba. Algo dentro de ella era en esos momentos más importante que el mundo que la rodeaba, Rocco, aunque no creyó oportuno sacarla de sus pensamientos, se acercó igual motivado por su belleza.  En absoluto silencio, dio vuelta alrededor del banco y se sentó en el otro extremo, se recostó en el respaldo y cruzó sus piernas, luego apoyó sus manos en las rodillas y comenzó a mirar hacia el agua, tratando de adoptar la misma posición de la mujer. Al cabo de unos segundos ella reparó en él, de reojo lo observó y el hizo lo mismo, ambos se miraron unos instantes, él le hizo un sonrisa y ella no contestó, incluso notó que estaba molesta. Lucia...