VISITA MÉDICA - Teodoro – Gritó la mujer enojada – Ya me tenes cansada, termina de una buena vez con esas patrañas La diminuta anciana, parada con los brazos en jarra, al lado de la cama matrimonial, donde estaba tendido inmóvil su esposo, Teodoro, siguió hablándole: - Teodoro, me estás obligando a que llame al Dr. Pardo, ¿me entendes? Esto ya no es un juego - gritaba la mujer cerca de la oreja del hombre que no daba señales de vida y siguió con sus amenazas: - Está bien, vos lo quisiste, no se que le dirás al Doctor cuando venga. Cuando sonó el teléfono en el consultorio, el Dr. Berger, tomó la llamada, que estaba reemplazando por unos días al Dr. Pardo, viejo médico de la ciudad, que se había tomado sus vacaciones, luego de varios años de suspenderlas, por su obligación con sus pacientes. Una mujer, de edad avanzada, le pareció al joven médico...