DANCE HELEN...DANCE - Rolando José Di Lorenzo
Fue hace mucho
y muy lejos. Él no sabía nada de su idioma, tampoco ella del suyo. Pero se
vieron y se miraron largamente, hipnotizados. Cuando comenzó la música, caminó hacia ella, no
dejaban de mirarse; él le tendió la mano,
ella se levantó y con toda su gracia haciendo giros con su dedo índice preguntó:
— ¿Dance?—Él la miró embelesado y solo atinó a contestarle
tomándola de la cintura y así comenzaron a girar y bailaron como los ángeles,
si es que ellos bailan y todos los miraban.
—Helen—dijo ella
señalándose
—José—contestó él y siguieron bailando y la felicidad
embargó a todos, estallaban los colores y los sonidos y ellos y la gente se
unieron en un momento mágico y fue bueno.
Esta tarde, José agobiado por un día pleno de dolores y tristeza, escuchó de
pronto la música, ¡sí!…aquella música de muchos de años, se puso lentamente de
pié buscó un lugar con la mirada y murmuro:
— ¡Dance Helen…Dance!…
Muy lejos de allí, la mujer en sala rodeada de otras
en el hogar, se pudo de pie y dijo:
— ¡Dance José…Dance!…
Y comenzaron a bailar ellos y los que estaban allí y volvieron a ser magníficos y todos los que
los que bailaban aquí y allá, supieron de la magia, la magia que ellos guardaron
celosamente en un rincón del corazón y que ahora era de todos.
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