CASTRACIÓN - Micro relato
CASTRACIÓN—Rolando
José Di Lorenzo
El hombre
término de bañar a su perro, le alisó el pelo, le puso un collar nuevo de color
rojo, lo acarició repetidas veces. Lo amaba realmente, luego lo bajó de la
mesada y lo dejó en el piso, mientras se cambiaba de ropa. Luego tomó la
correa, enganchó el collar y salieron caminando hacia la calle. Luego de varias
cuadras, y al llegar a un negocio el hombre se agachó y le dijo al perro
suavemente al oído, que luego de unas horas se sentiría bien, se le calmaría
esa necesidad apremiante y que lo sofocaba a diario por estar con una perra. Le
volvió a hacer unas caricias y entró en la veterinaria.
Al día
siguiente, fue a buscarlo, se lo entregaron castrado y en buen estado, luego de
algunas recomendaciones se dirigieron hacia la casa. El perro se acomodó en su cucha y se durmió.
El hombre lo miraba pensando que todavía estaba bajo el efecto del trauma post
operatorio o de la anestesia, pero que pronto todo volvería a estar como antes.
A la noche, se desvistió y se metió en la cama, a los pocos minutos se quedó
dormido y cayó en un profundo sueño y al poco una pesadilla: su perro se le
abalanzaba y lo atacaba ferozmente, en ese momento lo despertó su propio grito
de terror y dolor y aunque estaba oscuro, vio claramente al animal que estaba
masticando sus testículos
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