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Mostrando las entradas de octubre, 2014
MÍO
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Mío Los lugares que veo y creo míos Se irán de mí, y yo de ellos Como la luz rojiza de la tarde Que se diluyó en la noche. Lugares que ya fueron de otros Ni el aire que respiro es mío Solo es cielo y viento y nube Azul a los ojos que no saben Como los colores del mar lejano Que solo es agua transparente. Engañosa vida, perturbadora Hacedora de caminos inciertos Ascensos gloriosos y efímeros De palmas y coronas y oro A la espera del Gólgota final
TE ENCONTRARÉ
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Te encontraré Voy andando el camino, no sé dónde estarás. Nos encontraremos en algún lugar. Preguntaré a los pájaros que te vieron volar, consultaré a los rosales que te vieron florecer. Voy hacia vos, sé que te encontraré. Caminaré hacia el sol, porque compartes su calor, seguiré a la luna noche tras noche, porque tuya es su blancura. Te busco y seguiré buscándote. Me cruzaré con el viento y le pediré que me diga si te vio volar a su lado, o con el mar; que ha debido ser tu cuna, quizá él me diga hacia donde navegas. Te encontraré, sé que estas allí, para mí.
CONFUSIÓN
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Confusión No se ve claro, ya es tarde Se diluyen los caminos soñados El sur es norte y el este es oeste Las nubes en el barro, se cayeron Los pájaros no vuelven a volar No se ve claro, ya oscurece El viento sube desde los cimientos El mar deja caer gotas, llueve sal El fuego está quieto, congelado Y el sonido desciende callado No se ve claro, ya es de noche Las piedras flotan en el río Las flores son raíces en la tierra Y yo Camino con las manos Y desde lejos, saludo con los pies.
Antología BAJO UN MISMO CIELO - con participación de dos relatos de mi autoría
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MONÓLOGO - Del Libro EL MARTILLO DE JOSÉ
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MONOLOGO Rolando José Di Lorenzo ( Del libro “El martillo de José”) “Aquí estoy nuevamente Johnny, acodado en esta barra amiga, que me conoce desde hace años”. Se dijo para sí el hombre, mirando la botella. El viejo bar, le daba otra vez acogida, eligió el mejor lugar, al final de la larga barra, justo debajo de una luz que no funcionaba, porque allí había algo más de intimidad. “ ¿Por qué vine? Sí, sí, me equivoque otra vez, de nuevo creí que había encontrado la felicidad, pero como me ha pasado otras veces, fue solo una ilusión” La mano izquierda jugaba con el vaso de whisky, que estaba casi lleno, los dos cubitos de hielo giraban lentamente, al frente tenia la botella, que contenía lo suficiente como para pasar un largo rato. Él siguió pensando, reflexionando sobre lo ocurrido y quizá, sobre toda su vida. “Por eso estoy aquí, ahora. ...
EL ASOMADO . Cuento que integra el libro EL MARTILLO DE JOSÉ
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EL ASOMADO El bar Regina era de Nicola Gambetta, un hombre mayor que estaba allí desde hacía más de 30 años. Nadie conocía a la gente del pueblo como él y a su vez, él era conocido por todos, aunque con el tiempo, había perdido la clientela joven, ya que otros boliches más modernos, los habían alejado de allí. El bar era un clásico, o más que eso, una antigüedad. Tenía un salón grande, con paredes muy altas, rematadas en un cielorraso de delgadas tablas de madera de color marrón oscuro, (quizá fueran pintadas de ese color alguna vez), pero seguro se le había sumado el humo de miles de cigarrillos, la humedad, el smog, en fin, el tiempo. Las paredes estaban pintadas de un color, entre beige y ocre, y tenían un zócalo de madera alto, también marrón, casi del color del cielorraso, pero brillante por el barniz que de tanto en tanto le pincelaban. De todas estas paredes colgaban unos cuadros al...
EL HADA BAJO LA LLUVIA - Cuento que integra el libro EL MARTILLO DE JOSÉ
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EL HADA BAJO LA LLUVIA La rosa, mostraba orgullosa sus últimos pimpollos, aunque el frio y la lluvia del otoño, le marcaban el fin del ciclo cada mañana. Ella había quedado sola en esa lucha con el tiempo, pero la diferencia con Joaquín, era que ella sabía que volvería dentro de poco, la próxima primavera, en cambio él, ya no podría volver. Miraba Joaquín el paisaje conocido de su jardín, detrás de los vidrios mojados de su ventana, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida, entre las gotas que resbalaban por el vidrio hasta el marco de madera y el verde amarronado de las hojas del fresno, que habitaba el final del terreno. Las notas perdidas de un piano, que solo él escuchaba con los oídos de su memoria, le traían los recuerdos que tantas veces se negaba a recorrer. Eran sus notas, pero más eran las de ella, porque siempre, todo había sido de ella. Mirando la lluvi...
PARTICIPACIÓN EN ANTOLOGÍA DE EDITORIAL ROSARIO
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ENCUENTRO
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ENCUENTRO — ¡Solo te pido la verdad, no trates de engañarme! creeme que soy vos, después de muchos años. Te parecerá mentira, que la vida me haya dado la oportunidad de volver, para poder hablarte, o mejor dicho hablarme— Por más que se lo aclaraba, el joven que estaba absorto, mirándome, incrédulo y asombrado, solo atinaba a abrir la boca sin emitir sonido alguno. Insistí entonces: — ¿Por qué no me decís que pensás de mí y de lo que hice? Yo me acuerdo que eras muy crítico. Seguramente tendrás algo para decirme o recriminarme. En ese momento el joven, cambió su expresión y hasta con un poco de bronca, me contestó con otra pregunta: — ¿Por qué no lo hiciste…que te lo impidió?— y me miró insistentemente, para que no minimizara su pregunta, para que no lo evadiera, ¿Por qué dejaste de lado todos mis sueños? —No lo sé ciertamente, fueron muchas cosas. El camino dobló para otro lado sorpresivamente y no supe cómo salir de él. — ¿No supiste o no tuviste coraj...
UNA NOCHE CALUROSA
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UNA NOCHE CALUROSA Era de noche y él caminaba lentamente, recorriendo las calles oscuras, ensombrecidas por las copas de los árboles. La temperatura era alta para esa hora, era un buen verano. Ella había salido de su casa temprano, para encontrarse con sus amigas en el bar y de allí a la salida habitual de los viernes, cine y luego comer algo. Caminaba apurada, nerviosa, no le gustaba andar de noche sola, pero no había conseguido taxi y tenía que andar más de 5 cuadras hasta llegar a la avenida principal. Para colmo con la vereda destrozada, solo podía mirar hacia abajo, para no caerse. Cuando llegó a la primera esquina, se encontró de golpe con él. Se sobresaltó y hasta sintió miedo, en realidad a los dos les pasó lo mismo. A él, el encuentro repentino lo sacó de sus pensamientos y atinó a tirar el cuerpo hacia atrás, gracias a eso no la llevó por delante. Ambos alarmados, se miraron unos instantes y comenzaron a aflojar la tensión, aunque la adrenalina corrí...
LA ESCALERA
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LA ESCALERA La escalera, que estaba al fondo del terreno de la casa del tío Honorio, siempre había sido un misterio para Miguel. Estaba apoyada en una pared muy baja, que los separaba del terreno del vecino. La pared que era de ladrillos montados en barro, se veía muy vieja y estaba gastada y en algunas partes rota, tanto que se veían las plantas de al lado. El pequeño Miguel se paraba junto a esa vieja escalera que no llevaba a ningún lado y se quedaba mirándola, preguntándose por que estaría allí. Era alta y delgada y parecía que se afirmaba en el aire. Justo en ese lugar no había nada alrededor, solo la pequeña pared donde se apoyaba. Muchas veces pensó treparla, pero no se animaba porque no la sentía segura, posiblemente en cuando comenzara a subirla se caería para el otro lado. Otras veces se imaginó llegar hasta el último escalón y ver lejos muy lejos, quizá la vista llegara hasta el mar, que estaba muy distante y no lo conocía. También imaginaba que luego de sub...