LADY GODIVA—Ana Inés Lerner. Rolando José Di Lorenzo, Vladimir Koultyguine Mario Ruiz
LADY GODIVA—Ana Inés Lerner.
Rolando José Di Lorenzo, Vladimir Koultyguine
Mario Ruiz, tenía algunos
defectos que su esposa Raquel toleraba por amor y porque ella comprendía que
nadie es perfecto pero la avaricia y soberbia de Ruiz hería la de sus amigos y
vecinos. Raquel insistía en señalarle esto, hasta que él se enojó y la conminó
a que trabajara limpiando, aunque le pagaran migajas. Ruiz no iba a proveer más
nada a su esposa ya que ella era tan generosa con los demás.
—Veamos Lady Godiva —le espetó
con dureza.
Ella no respondió, se acordó
de la vieja leyenda y con una acida sonrisa se metió en el dormitorio, preparó
un pequeño bolso con mínima ropa y delante de él, se fue de la casa. Mario lo
tomó como un berrinche y poco le importó esa actitud—Ya volverá cuando tenga
hambre y frio—pensó, haciendo un gento de desdén. Pero Raquel no volvió esa noche y tampoco al
día siguiente—Esto es mucho—se dijo y salió enfurecido.
Al cabo de un año, se preocupó
de verdad y empezó a preguntar los amigos por si ellos sabían algo. Todos
callaban.
Un tal Juanito Rosas, el
ciego, confesó haber visto a Raquel en un poblado. Allí, continuaba llevando su
vida de limpiadora, hasta parecía que le gustaba. La vieja aldea brillaba como
plata. Y tenía la costumbre de salir a la calle a cada luna naciente, toda
desnuda, y pasear su cuerpo a esta luz celeste, tenue y limpia.
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