¿CUANTAS VECES TE MATÉ?—Rolando José Di Lorenzo Él siempre fue mejor que yo, me canse de soportar sus triunfos. Además, alto, rubio y con esa sonrisa sugestiva y conquistadora; todo le había tocado a él. Un tipo con esa estampa no debería ser bueno en el fútbol, él lo era, igual que en el básquet, o al tenis o a la bolita. Por eso dediqué mi vida a encontrarle las grietas, o los afectos, o los gustos, todo, no dejé pasar nada. La primera vez que lo maté, fue cuando con engaños lo llevé por el tortuoso camino que lleva al río, allí, debajo del viejo puente y conseguí mostrarle a su ídolo, su engañoso hermano mayor, drogado y a los besos y abrazos con su mejor amigo. No daba crédito a sus ojos, me miraba con odio, pero no podía sacar la vista de la escabrosa escena, se tapó la cara para llorar sin que lo vieran, pero yo estaba allí a su lado, viéndolo. El tiempo no mejoró mucho la situación, siguió siendo...