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Mostrando las entradas de enero, 2015
Nota en el periódico local ECOS DIARIOS, por la aparición del libro EL COLOR DE LA SANGRE
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CASTRACIÓN - Micro relato
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CASTRACIÓN—Rolando José Di Lorenzo El hombre término de bañar a su perro, le alisó el pelo, le puso un collar nuevo de color rojo, lo acarició repetidas veces. Lo amaba realmente, luego lo bajó de la mesada y lo dejó en el piso, mientras se cambiaba de ropa. Luego tomó la correa, enganchó el collar y salieron caminando hacia la calle. Luego de varias cuadras, y al llegar a un negocio el hombre se agachó y le dijo al perro suavemente al oído, que luego de unas horas se sentiría bien, se le calmaría esa necesidad apremiante y que lo sofocaba a diario por estar con una perra. Le volvió a hacer unas caricias y entró en la veterinaria. Al día siguiente, fue a buscarlo, se lo entregaron castrado y en buen estado, luego de algunas recomendaciones se dirigieron hacia la casa. El perro se acomodó en su cucha y se durmió. El hombre lo miraba pensando que todavía estaba bajo el efecto del trauma post operatorio o de la anestesia, pero que pronto todo volvería a estar como antes. A la...
¿CUANTAS VECES TE MATÉ?—Rolando José Di Lorenzo .
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¿CUANTAS VECES TE MATÉ?—Rolando José Di Lorenzo Él siempre fue mejor que yo, me canse de soportar sus triunfos. Además, alto, rubio y con esa sonrisa sugestiva y conquistadora; todo le había tocado a él. Un tipo con esa estampa no debería ser bueno en el fútbol, él lo era, igual que en el básquet, o al tenis o a la bolita. Por eso dediqué mi vida a encontrarle las grietas, o los afectos, o los gustos, todo, no dejé pasar nada. La primera vez que lo maté, fue cuando con engaños lo llevé por el tortuoso camino que lleva al río, allí, debajo del viejo puente y conseguí mostrarle a su ídolo, su engañoso hermano mayor, drogado y a los besos y abrazos con su mejor amigo. No daba crédito a sus ojos, me miraba con odio, pero no podía sacar la vista de la escabrosa escena, se tapó la cara para llorar sin que lo vieran, pero yo estaba allí a su lado, viéndolo. El tiempo no mejoró mucho la situación, siguió siendo...
EL PLAN - Relato corto -Rolando José Di Lorenzo
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EL PLAN —— Rolando José Di Lorenzo Marcelo, corría y corría desesperado. El susto que se había llevado, luego del intento de asalto que había sufrido, le impedía detenerse. Aunque unos minutos más tarde, muy cansado se tiró al piso, jadeando sin parar. Al rato se levantó y comenzó a sacudirse el polvo y las hojas pegadas a su ropa. Además de asustado estaba enojadísimo. A él, habían intentado robarle, justo a él: < > Pensaba ofendido, aunque en realidad, tenía por sabido que era un pobre ladrón y estafador de medio pelo. No lo había podido evitar, cayó como un chorlito, o como un tonto mejor dicho, esa calle que había transitado inconscientemente y de noche. Era el lugar justo para un asalto. Si bien no lo había visto claramente, le parecía que el ladrón era un chico, o por lo menos muy joven. Pero ya había pasado: > Se dijo a si mismo> Siguió caminando y pensaba en el importante tema que tenía...
ADONIS EN LA PLAYA - micro relato- Rolando José Di Lorenzo
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ADONIS EN LA PLAYA El atleta detuvo la caminata playera, miró a su alrededor y comenzó a quitarse la remera con movimientos estudiados y sensuales. Quedó así expuesto su musculoso y trabajado cuerpo, dorado, brillante. Se acomodó los anteojos oscuros importados, sacudió su cabellera rubia y con las manos en los bolsillos de la malla amarilla caminó hacia la orilla. Todo estaba perfecto a su alrededor, las mujeres no tardaron en advertirlo, la mayoría lo hizo disimuladamente, otras lo miraban con insistencia. Pero él ya había puesto los ojos en una rubia escultural que estaba allí cerca, en su reposera, leyendo una revista de moda. Era la chica para él, la chica digna de él. La miró varias veces, se paseó delante de ella, a cada paso remarcaba más sus músculos. Miraba el horizonte como buscando un destino, lo tenía estudiado, esa mirada lejana atraía más aún a las mujeres. De pronto, de la reposera junto a la de la chica rubia, se levantó un petiso y fornido muchac...
EL TÍO OB - Micro relato
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EL TÍO OB . Dotti…Dotti…no te alejes linda- Los gritos del Tío Ob, hicieron dar vuelta a la niña rubia, que corría riendo alegre colina abajo. Miró al pobre Tío, que trataba de alcanzarla a los tropezones, su gordo cuerpo no podía con el terreno. Dotti seguía corriendo, porque le apasionaba descender por la colina a toda la velocidad que le daban sus piernas. -Dotti, espérame por favor, te puedes caer, no corras…- Ob, no podía creer como la bestia de su cuñado, podía haber llamado Dorotea a su hija, Dorotea, esa preciosura alegre y vivás. Aunque él no podía discutir mucho el tema, su dictatorial padre lo había marcado para toda la vida con su nombre: Obdulio, Obdulio, que seguramente debería haber sido el nombre de algún antepasado, de improbable bonhomía. Suerte que ante tal desgracia su madre había comenzado a llamarlo Ob, soportando los reclamos furiosos de su padre: Nazareno II. Todo eso pensaba Ob mientras trataba de alcanzar a la niña, que cada vez se alejaba más y más. ...