Aquel

La miró intensamente, se enamoro perdidamente y para siempre, pero ella no se dio cuenta o quizá ni lo vio.

Por eso vivió penando, creyendo que el amor lo hacía sufrir por algún desconocido motivo, sin saber que simplemente el amor paso sin notarlo.

Se miraba en el espejo a diario, temiendo no aparecer en el. Nunca dejaba de mirar de reojo a su alrededor para confirmar de que su sombra lo seguía.

Se quedaba callado, quieto, largo rato tratando de pensar, de imaginar como sería mañana, pero dudaba tanto de todo, que abandonaba el intento creyendo que mañana no estaría allí.

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