Un Sueño

Reflexión de un amigo.

Estuve en Paris durante unos pocos días, pero me bastaron para conocer su más sorprendente secreto: Paris no existe. No es una ciudad. Es en realidad un sueño, un maravilloso sueño al que podemos asomarnos solo si hemos deseado mucho conocerlo. Si mil veces nos hemos imaginado caminando sus calles. He descubierto también que es un sueño que tiene magia.

Sus visitantes no lo saben pero al terminar su estadía pueden recibir un hechizo. Si en la cima de la Torre Eiffel han sentido que no querían bajar, que querían quedarse contemplando la ciudad hasta la puesta del sol, permaneciendo toda la noche frente al reflejo de sus luces y maravillarse viendo el amanecer al día siguiente. Si dentro de la Catedral de Notre Dame no pudieron evitar que por la emoción unas tímidas lagrimas les humedecieran los ojos. Si caminando por la ribera empedrada del Sena se sintieron ya formando parte de su historia.

Entonces quedaran atrapados por la magia de Paris. Y cuando deban volver a casa, la despedida no será triste porque una parte de ustedes permanecerá por siempre habitándola. Por eso, si han soñado conocer Paris, si han deseado con todo su corazón recorrer sus calles, no tengan dudas que un día podrán visitarla.

Porque Paris es un sueño. Y quizás también ustedes terminen hechizados.

Carlos Chiantareto

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