El tiempo pasa
No sabía que con el paso del tiempo, lo que mas iba a notar y sufrir, eran las ausencias, las distancias no acortadas, los tiempos sobrantes, los espacios no ocupados, seguramente habré oído a algún viejo decirlo, contarlo, sufrirlo pero no debo haber tenido el tiempo para escucharlo y aprender.
No es fácil, siendo joven y muy ocupado, detenerse a escuchar a los que sienten que el paso del tiempo, no es solamente verse crecer canas, arrugas en la cara, o molestias en las articulaciones. Son las pérdidas las que realmente hacen sufrir. Ver que por el camino se nos han ido cayendo, proyectos, tíos, ilusiones, amigos, bienes, padres, Esas pérdidas irremediables, esperadas o no, injustas siempre, son las que dejan esos espacios vacíos, esas distancias enormes, esos tiempos desocupados. Y no hay nada peor, que tener el tiempo y no tener nada que hacer con el, tener los espacios y no poder llenarlos, no poder recorrer el camino que nos achicaría la distancia que nos separa de la felicidad.
El tiempo pasa y no vuelve… decía el poeta, pero no solo es eso, aunque aceptemos que pasa y no vuelve, lo que lo hace cruel, es el vacío que deja, va trabajando poco a poco horadando la piedra dejando un hueco cada vez mas grande alrededor que ya no se podrá llenar. Va formando una caverna, enorme, altísima, oscura en los extremos, por la cual pasa muy poca gente y lo hacen muy rápido y con los que nos permitimos solamente un hola y un chau. Pero a pesar de que todo esto está pasando continuamente, no hacemos nada por remediarlo, tal vez por vergüenza, tal vez por cansancio o por que tal vez nada se pueda hacer.
No es fácil, siendo joven y muy ocupado, detenerse a escuchar a los que sienten que el paso del tiempo, no es solamente verse crecer canas, arrugas en la cara, o molestias en las articulaciones. Son las pérdidas las que realmente hacen sufrir. Ver que por el camino se nos han ido cayendo, proyectos, tíos, ilusiones, amigos, bienes, padres, Esas pérdidas irremediables, esperadas o no, injustas siempre, son las que dejan esos espacios vacíos, esas distancias enormes, esos tiempos desocupados. Y no hay nada peor, que tener el tiempo y no tener nada que hacer con el, tener los espacios y no poder llenarlos, no poder recorrer el camino que nos achicaría la distancia que nos separa de la felicidad.
El tiempo pasa y no vuelve… decía el poeta, pero no solo es eso, aunque aceptemos que pasa y no vuelve, lo que lo hace cruel, es el vacío que deja, va trabajando poco a poco horadando la piedra dejando un hueco cada vez mas grande alrededor que ya no se podrá llenar. Va formando una caverna, enorme, altísima, oscura en los extremos, por la cual pasa muy poca gente y lo hacen muy rápido y con los que nos permitimos solamente un hola y un chau. Pero a pesar de que todo esto está pasando continuamente, no hacemos nada por remediarlo, tal vez por vergüenza, tal vez por cansancio o por que tal vez nada se pueda hacer.
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