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Mostrando las entradas de septiembre, 2013

Sugiéreme Música

Sugiéreme música Sugiéreme música lo que quieres que diga. Guía mis palabras por tus senderos infinitos y hazme conocer cada uno de los recodos de tu camino. Dime como hablar del Señor, que lo hizo y lo sabe todo.  Muéstrame como se describe  mi lugar en el mundo, la tierra que me vio nacer y crecer.  Como delinear las figuras  y como mostrar el sonido de las palabras de mis padres.  Invádeme música y dentro de mí, dime como describo el día que comencé a amarla.  Como y porque cambió entonces el color del Sol y el de la Luna.  Y como se distinguió desde ese momento el viento del Sur.  Condúceme por los renglones de la maravilla, para describir el día en que ellas nacieron, de las gotas del elixir que generó nuestro amor.  Y ahora que he andado tanto y siempre a tu lado, ayúdame a deletrear las frases, que describan el resto del camino, que se abre ante mí. Rolando José Di Lorenzo

EL CABARET

EL CABARET      Los tres amigos salieron esa noche, sin saber a donde ir,  como casi siempre, aunque eso era lo bueno de aquella época dorada, aquellas salidas sin rumbo, ni tiempo, tanto era así, que ni pensaban en volver, aunque siempre lo hacían.        Charlas y risas, discusiones de fútbol, de carreras o de películas.  Perder el tiempo sin sentirlo, total ¿Qué era el tiempo para ellos?  Un desconocido, aún no habían sentido la necesidad de hacerlo volver atrás, porque el pasado solo tenía un rato, recién había cumplido 19 años, tampoco de empujarlo hacia adelante, porque después de todo ¿Qué había allá adelante?        La salida de esa noche, se compuso de un rato en el bar Marechiare, otro en el cine, de nuevo al bar, comer algo, los jueves no eran los días indicados para hacer algo interesante, pero habría que buscarlo:  - ¿Vamos al cabaret?  - dijo Carlitos con cara ...

EL OTOÑO DE SU VIDA

  El otoño de su vida         Él sabía, que estaba en el otoño de su vida, pero lo que más le dolía era la proximidad del invierno, de ese invierno que lo sabía, triste, solitario y final .  La vejes, no era para él  garantía de sabiduría, solo era acumulación de tristeza, nostalgia, olvidos y dolores.     También sabía que estaba pagando caro lo que había hecho, o había dejado de hacer y que todo se irá con él.  Secretos que se llevaría escondidos en ese arcón cerrado,  que nadie había visto jamás y que quizá, no le interesara a nadie más que a él. 

Techos de Vincent.

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VOLVER

    Volver, es caminar un circulo eterno. Creer que algún día, hasta podrías llegar a encontrarte, cara a cara, con vos mismo. Hablar con ese que fuiste y preguntarle cosas, tantas cosas que no te alcanzaría el momento.  Porque si eso ocurriera, solo sería por un instante, uno de esos instantes que brillan una sola vez en la vida. Pero ¿Cómo saber lo que dura un instante? En su transcurso puede pasar toda una vida, o solo dos palabras. Se puede ver la historia del mundo, o la foto perdida del ser amado. Un instante puede darnos la mayor de las alegrías, o meternos en- la tragedia más negra. Todo sucede y nada sucede en él.

UN TANGO

UN TANGO Le duele muy adentro al bandoneón, el quejido que deja salir lo dice. Unos dedos lo han llamado, Le han pedido ellos que cante, que cuente su profundo dolor. Un viejo piano lo acompaña, también él canta amargamente, lo que le han dicho que cante. El hombre llora en sus teclas el viejo drama que lo quema. Se acerca el violín, con un grito oscuro y bajo. Cuenta una historia larga, triste. La mano en el arco manda, la mano del hombre triste. Y allí,  cerca, casi allí con ellos, en una mesa de oscura madera. Resalta la marca húmeda, del vaso que contuvo lágrimas, que bebió solo, el hombre vencido. Rolando José Di Lorenzo Julio 2009

PESCANDO CON NICO

PESCANDO CON NICO Llegamos temprano al muelle, había poca gente. Un viejo solitario en la punta y una pareja joven, a la que no le interesaba la pesca, sentados sobre el lado derecho.  Sacamos las cosas de la bolsa, acomodamos todo a nuestro alrededor y nos sentamos, para preparar las líneas. Miraba de reojo a Nico, se lo veía muy interesado y concentrado en la preparación, pero seguía con su rostro triste. Era un chico muy callado y algo introvertido, pero de a poco había logrado llegar a él, teníamos una buena relación.   Nos pusimos de pie, para lanzar las líneas, lo hicimos con buen resultado y nos sentamos a esperar. Eso es lo que hace un pescador, hacer las cosas bien, esperar y tener fe. -Si querés, mientras esperamos el pique, te puedo contar un extraño cuento, que me contó mi abuelo, hace más de sesenta años- Luego de decir esto lo miré rápidamente y vi que antes de decirme que sí, hacia un movimiento afirmativo con la cabeza y me miraba con interés. -Mi...

"EL TURCO"

EL TURCO    - ¡Te juro que cuando me di cuenta, ya no estaba! – El flaco Ferreyra le contaba a Lito, lo que le había pasado con el Turco - ¿Cómo pudiste dejarlo ir así? ¿Ni con el rabillo del ojo viste el movimiento? ¡Que cagada flaco! Esto nos compromete – Le decía Lito preocupado por la situación; que el turco se hubiera ido, era culpa de los dos, no solamente del flaco, justamente ahora, que no quería tener ningún problema con don Franco. - ¡Que cagada flaco! – insistía con eso y no le salía otra cosa - ¡Che… no fue a propósito! ¿No?, el tipo no es uno cualquiera, el turco es bravo y todos lo saben – trato de explicar el flaco - ¡Ni se te ocurra decir esto delante de los capos! No seas boludo flaco, el turco es un cualquiera para ellos, si se dan cuenta de que para vos es alguien importante estas frito…frito vos y yo al lado tuyo, ¡ni se te ocurra decirlo, Por Dios! Lito, lo agarró del brazo al flaco y lo arrastró hacia la calle, sacándolo del bar, ya ...

METÁFORAS Y METÁFORAS

METÁFORAS   y   METÁFORAS         Era una tarde lluviosa y fría, el Morcilla había llegado a la casa del Gordo, anticipándose a los demás, en su casa no tenía nada que hacer y como sus viejos había salido, estaba solo y aburrido.     Ya en la casa de su amigo, mientras esperaban por el resto de los muchachos, que no llegaban, y como estaba parando un poco la lluvia, salieron y casi corrieron hacia el café Marechiare.     Una vez allí y ya en una mesa, pidieron el consabido café y El Gordo, le contó que estaba escribiendo mucho, que tenía la ilusión de poder escribir un libro algún día, entonces le dijo:  - Para ir matando el tiempo ¿Querés que te lea algo de lo que escribí?  -  estaba un poco avergonzado, pero para que eran los amigos, pensó  - Dale, total mientras siga lloviendo, los otros no van a venir – Contestó el Morci con cara de aburrido – ¿Y trajiste los papeles a...

MOLINA CAMPOS - Un genio nuestro - tema: Haciendo tiempo

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EL POSTER DEL TÍO FELIPE

EL POSTER DEL TÍO FELIPE              El tío Felipe, tenía su historia, que más que llevarla, la arrastraba por la vida, era hermano mayor del padre de Carlitos y este, casi nunca hablaba de él.    Se reunía poco con la familia, solo en las fiestas clásicas de fin de año, o en algún cumpleaños.   Era un tipo buenísimo y sobre todo con el gordo, que tenía muy buenos recuerdos de cuando era chico, siempre le hacía los mejores regalos.   Fue él, que le había traído el camión con acoplado, que aún conservaba como adorno en una repisa de su dormitorio y otros juguetes queridos.          Había escuchado muchas veces comentarios, que muy calladamente hablaban de alguna actividad, o forma de vida “rara”  y qué luego con el paso del tiempo, fue descubriendo, que tenía un tío gay.   Habiendo sido éste, quizá el mayor secreto ...

PEQUEÑA HISTORIA DE ALLÁ Y ACÁ

PEQUEÑA HISTORIA DE ALLÁ Y DE ACÁ       Giacomo, miró largamente su montaña, vio y sintió la nieve que la cubría.   Tantas veces había recorrido esos caminos, tantas veces había subido y bajado sus laderas, con o sin nieve. A veces, cazando conejos, o algún otro animal, que le sirviera para calmar el hambre en aquellos tiempos difíciles.    Todo eso pronto sería recuerdo, dio media vuelta y comenzó a descender, tenía que seguir trabajando, ya no podía perder más tiempo, tenía que realizar ese sueño de emigrar a la Argentina.  Eso lo había tentado demasiado, estaba seguro que allí estaba su futuro y el de su pequeña y nueva familia.             Era un hombre de mediana estatura, delgado, con cara afilada y profundos ojos oscuros, igual que su pelo.    En aquellos días el pueblo era muy pequeño, colgadito de la montaña, con casitas de ladrillos...

EL QUEQUÉN GRANDE -

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