Ella
La mujer no puede dejar de ser madre, o no quiere, pero algo así pasa, la protección que le dio a sus hijos pequeños, que es fundamental y que luego extendió a ellos ya adolescentes, cuando estos siguen creciendo y pueden prescindir de esta protección la descolocan totalmente, no sabe que hacer con su capacidad de control, supervisión, cuidado y entonces la liga el marido.
Todo se da en su momento, digamos en el momento justo, cuando los hijos ya no le permiten este cuidado intensivo y la relación se torna casi de igual a igual, coincide con los momentos en que el marido, jefe de familia, líder de grupo, etc.etc.etc. Comienza su declinación, entonces allí vuelca toda esta capacidad de protección, que a pesar del tiempo no ha perdido ni nunca perderá aparentemente.
Sucede, si sucede, así como así, de repente escuchas cuando te vas a subir a una escalerita, si de esas chiquitas domesticas de 2 o 3 escalones, a cambiar el foco que se quemó, que te dice dulcemente:
– Querido, tené cuidado con la altura, no sea que te marees y por una simple bombita te caigas y te rompas los huesos.
Dentro de todo esto te lo vas bancando, la cosa se pone peor cuando ya ha pasado un tiempo más y te dice:
- Viejo, viejo!! No te subas a cambiar ese foco vos solo….espera que voy yo y te tengo la escalera, no seas porfiado, que te vas a caer…….
Tenerte la escalera, cual escalera va a tener, si a la que te subiste sigue siendo la misma de antes de míseros 50 cm. Además que va a tener si no tiene fuerza ya para sostener el plumero, pero como te hacer sentir esto? Que ya sos un viejo realmente, que no tenes estabilidad, que no tenes fuerza….que no la podes proteger ya mas, ni a ella ni a nadie, porque a vos también tus hijos ya te tratan de igual a igual o lo que es peor, ya te quieren proteger también.
Seguramente es esta una de las comentadas y bien ponderadas leyes de la vida, pero no solo te rompe…. te carcome las pelotas, porque te preguntas que hizo el tiempo conmigo, seguramente mucho mas de lo que veo en el espejo todas la mañanas cuando entro al baño para la ducha, si seguro que si, esos viejos músculos que chorrean por todos lados demostrando su flacidez debajo de esa piel blandita y manchada.
Además si no te molestó demasiado la declinación corporal, porque sos conciente y sabes que el tiempo eso hace, nunca pensaste que estabas debilitado, que no podes con los deberes del líder de la manada, ni con la funciones del jefe de familia y que ella si lo puede, o por lo menos lo cree.
Entonces se te presentan las dos terribles opciones, o luchas por tu supremacía, con el desgaste cotidiano que ello representa, el enfrentamiento con la persona que amas y que amaste toda la vida, o dejarte llevar por las circunstancias, aflojar y comenzar a pensar que el mando lo tiene ella, que te conviene o te conforma y así te vas convirtiendo en el viejo boludo y fácil que algunos quisieron ver en vos desde hace mucho tiempo, si, esos otros que no queres mucho o nada, pero que te joderá todo el resto de tu vida saber que piensan así de vos.
Todo se da en su momento, digamos en el momento justo, cuando los hijos ya no le permiten este cuidado intensivo y la relación se torna casi de igual a igual, coincide con los momentos en que el marido, jefe de familia, líder de grupo, etc.etc.etc. Comienza su declinación, entonces allí vuelca toda esta capacidad de protección, que a pesar del tiempo no ha perdido ni nunca perderá aparentemente.
Sucede, si sucede, así como así, de repente escuchas cuando te vas a subir a una escalerita, si de esas chiquitas domesticas de 2 o 3 escalones, a cambiar el foco que se quemó, que te dice dulcemente:
– Querido, tené cuidado con la altura, no sea que te marees y por una simple bombita te caigas y te rompas los huesos.
Dentro de todo esto te lo vas bancando, la cosa se pone peor cuando ya ha pasado un tiempo más y te dice:
- Viejo, viejo!! No te subas a cambiar ese foco vos solo….espera que voy yo y te tengo la escalera, no seas porfiado, que te vas a caer…….
Tenerte la escalera, cual escalera va a tener, si a la que te subiste sigue siendo la misma de antes de míseros 50 cm. Además que va a tener si no tiene fuerza ya para sostener el plumero, pero como te hacer sentir esto? Que ya sos un viejo realmente, que no tenes estabilidad, que no tenes fuerza….que no la podes proteger ya mas, ni a ella ni a nadie, porque a vos también tus hijos ya te tratan de igual a igual o lo que es peor, ya te quieren proteger también.
Seguramente es esta una de las comentadas y bien ponderadas leyes de la vida, pero no solo te rompe…. te carcome las pelotas, porque te preguntas que hizo el tiempo conmigo, seguramente mucho mas de lo que veo en el espejo todas la mañanas cuando entro al baño para la ducha, si seguro que si, esos viejos músculos que chorrean por todos lados demostrando su flacidez debajo de esa piel blandita y manchada.
Además si no te molestó demasiado la declinación corporal, porque sos conciente y sabes que el tiempo eso hace, nunca pensaste que estabas debilitado, que no podes con los deberes del líder de la manada, ni con la funciones del jefe de familia y que ella si lo puede, o por lo menos lo cree.
Entonces se te presentan las dos terribles opciones, o luchas por tu supremacía, con el desgaste cotidiano que ello representa, el enfrentamiento con la persona que amas y que amaste toda la vida, o dejarte llevar por las circunstancias, aflojar y comenzar a pensar que el mando lo tiene ella, que te conviene o te conforma y así te vas convirtiendo en el viejo boludo y fácil que algunos quisieron ver en vos desde hace mucho tiempo, si, esos otros que no queres mucho o nada, pero que te joderá todo el resto de tu vida saber que piensan así de vos.
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