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Mostrando las entradas de marzo, 2020
Cliente excéntrico - micro relato a cuatro manos
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Cliente excéntrico - Luciano Doti & Rolando José di Lorenzo Desde que había comenzado a trabajar en ese delivery de pizzas y empanadas, una sola cosa le molestaba: ir a entregar pedidos a cierto cliente que vivía en una casona vieja bastante alejada de la zona comercial. Ya faltando pocas cuadras para llegar allí, una sensación de desprotección le inundaba todo el cuerpo, se le helaba la sangre y un ligero temblor se manifestaba en sus manos, que se aferraban al manubrio del ciclomotor como un náufrago a un tronco boyando en el agua. Por alguna razón, que su intuición le indicaba que sería mejor no averiguar nunca, ese cliente ordenaba sus pedidos para unos minutos antes de la medianoche. Llamó a la puerta —Adelante joven—La voz del dueño de casa resonó en el enorme ambiente—enseguida bajo, póngase cómodo. Estoy solo esta noche, no me quedan ya comensales ¿no querría Ud. acompañarme en la cena?—la voz ahora sonaba con un eco rebotando en todas las...
CARA DE HEREJE MICRO RELATO A TRES CABEZAS
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Cara de hereje — Micro relato a tres cabezas Ada Inés Lerner, Rolando J.Di Lorenzo, Ana María Caillet Bois El padre Ambrosio requería del Párroco Juan para cubrir sus innumerables faltas a misa. Y luego Ambrosio, que escuchaba la misa escondido, le negaba sus palabras, lo contradecía o hacía comentarios burlones para provocar la risa de otros. A Juan le urgía resolver este conflicto que tenía con su superior y si no lo lograba solo, iba a resolverlo elevando una queja al Obispo. La fe de Juan era su escalera al cielo. Y Ambrosio representaba a este juego macabro sin saber muy bien por qué. Enredándose en ese juego llegaron las discusiones a oídos del Obispo. El padre Ambrosio tenía sentido del humor pero su soberbia ya era un pecado de por sí. Eran dos hombres muy distintos. —Ya no quiero ser tu compañero de viaje —rogó Juan —quiero renunciar a esta congregación y encontrar una iglesia distinta. —Lo lamento Juan, yo te aprecio —dijo Ambrosio consternado — ¿Te v...