El otro creía que la corrección firme, inflexible, daría un tronco firme e inflexible, sin saber que tanto, haría que se quebrara con los primeros vientos, esos vientos que no perdonan al tronco ni al corrector.
El sabía que estaba, en el otoño de su vida, es mas lo sentía, pero lo que más le dolía era la proximidad del invierno, de ese invierno que lo sabía, triste, solitario y final.